Lilí Alvarez (1905-1998) fue la primera tenista española conocida en Europa por sus éxitos deportivos. Quedó tres veces semifinalista en Roland Garros y durante tres años consecutivos disputó la final de Wimbledon. Su proverbial ingenio  tambien traspasó fronteras. Una vez en que coincidió con el mariscal Foch, este le confesó: «Nunca me atrevería a proponerle un partido de tenis, señorita». A lo que ella respondió: «No se preocupe, mariscal. Yo tampoco le declararía a usted la guerra».

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